El 31 de Diciembre de 1972, faltando cinco minutos para la medianoche el hermano Domingo Zúñiga, hizo ponerse en pie a toda la congregación que ministraba en Armenia, Quindío. Dio palabras de ánimo a los hermanos para que pudieran poner delante del Señor todas aquellas peticiones que tenían, anhelos para el año entrante que en unos minutos iba a comenzar, y dijo: “Mi petición, es que el Señor me conceda la bendición de ir como misionero a Chile”. Seis años después el hermano Domingo Zúñiga fallece sin ver cumplido aquel anhelo que tenía guardado en su corazón de pisar tierras chilenas para predicar el evangelio..

Por otra parte, el hermano Reinel Galvis, en los años 70 estuvo a cargo de la obra misionera en Bolivia. En una de sus visitas a Chile en función de su trabajo, contó cómo cada vez que debía pasar por la ciudad nortina de Arica para luego entrar a Bolivia, oraba en favor del país de Chile pidiéndole al Señor que enviara a un hombre que pudiera ser capaz traer el evangelio a estas tierras.